Seguir a @jcea sin que Twitter te siga a ti
Por si no lo sabes, cada vez que visitas cualquier página web con un botón de Twitter, Facebook, Google Plus, LinkedIn, etc., esas empresas lo saben. Saben qué páginas visitas, qué blogs lees. A qué hora, desde dónde y durante cuánto tiempo. Da igual que no pulses sobre nada, que ni siquiera estés registrado en la página que estás leyendo. Las redes sociales lo saben. Saben también qué otras páginas tienes abiertas en otras ventanas, de dónde has venido y, en resumen, saben más de tu actividad online que tú.
Aunque seas una persona con gustos mayoritarios, una vida sin intereses más allá de lo obvio, deberías preguntarte por qué tu vida sí resulta interesante para esas empresas, que te lo dan todo gratis a cambio de nada y que se toman muchas molestias para estar al tanto de tus movimientos.
Deberías preguntarte por qué una empresa sin ingresos puede costar 19.000 millones de dólares, la segunda compra tecnológica más cara de la historia.
Si quieres asustarte de verdad y usas Firefox (si usas Chrome -y sabiendo quien lo proporciona- doy por hecho que este post no te interesa en absoluto, puedes dejar de leer aquí), prueba a activar Lightbeam y navegar un minuto por las páginas que frecuentes.
Luego echa un vistazo a estas extensiones:
Yo siempre he sido consciente de esta circunstancia y a veces tengo que tomar decisiones duras y difíciles de explicar a otros (no papá, no me voy a dar de alta ahí para ver las fotos de mi sobrina, mándamelas por correo electrónico). Entiendo que son las reglas del juego y está bien si todo el mundo es consciente de ello (algo que, obviamente, no es así). Pero me he sentido indignado por lo siguiente.
Por defecto Nikola, el generador estático de contenidos con el que creo este blog, te activa botones sociales. Ya sabes, para darle colorido y que puedas compartir mis sabias palabras con el resto del mundo, ponerme un +1, un pulgar arriba o lo que sea.
Como podéis ver, yo lo tengo desactivado. No hay iconos de dedos arriba en este blog. Y no los hay porque me preocupa tu seguridad y tu privacidad. Y sí, ya sé que con ello sacrifico la oportunidad de que compartas mis sabias palabras con el resto del mundo, sacrifico que me pongas un +1, sacrifico el pulgar arriba. O que me ofrezcas trabajo en LinkedIn. Soy un paria social. Ya lo sé.
No obstante las redes sociales sí son interesantes, bien usadas. Sabiendo lo que estás haciendo. Hacer algo bueno e interesante como por ejemplo seguir mi twitter personal, inocuo para tu seguridad/privacidad (aunque seguramente no para tu facilidad para dormir por las noches). Así que he decidido añadir en mi web un enlace para que puedas seguirme en Twitter, si así lo deseas. Y Twitter solo lo sabrá si pulsas sobre el icono y así se lo dices expresamente. No, simplemente, por visitar esta web.
Pensaba yo que sería cuestión de hospedar un botón de Twitter apropiado en mi propio servidor, en vez de que te lo entregue Twitter cada vez que leas un artículo mío. Ya sabes, para que tu navegador no hable con ellos a menos que tú así lo quieras. Me fui todo contento a generarme un botón personalizado, con la idea de guardar la imagen en mi servidor. Y aquí empezó el cabreo.
Twitter no te da una imagen, te da algo de este estilo:
<script>!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https'; if(!d.getElementById(id)){ js=d.createElement(s); js.id=id; js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js'; fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs); }}(document, 'script', 'twitter-wjs');</script>
Este código nos está introduciendo Javascript en una página web nuestra. Peor aún, está descargando Javascript adicional, que crea un iframe dentro de nuestra web para meter más código Javascript dentro, además de la imagen del botón twitter que realmente nos interesa.
Es decir, que para mostrarnos una simple imagen con un enlace Twitter se toma mucho trabajo. Trabajo cuyo único fin es hacer que sea más fácil para los desarrolladores el copiar ese código Javascript tal cual y olvidarse del problema que simplemente pegar un icono como una imagen más de la web.
Y conseguir extraer esa imagen no es tan fácil, ya que entrando dentro del iframe en cuestión vemos un engendro infumable de 94Kbytes de tamaño, conteniendo el código Javascript de seguimiento e internacionalizaciones. Pincha y llora.
De hecho la única imagen que hay ahí son cuatro sprites CSS para generar el botón. Lo que es el botón en sí se construye a mano a través de las reglas CSS y el código Javascript que te ha entrado en el iframe. No hay una imagen que grabar a disco.
Pues nada, saco una foto a la propia pantalla de mi ordenador, la recorto y corrijo con un programa de edición gráfica (incluyendo el canal alfa), una vuelta por pngcrush, y aquí tienes el resultado:
Hala, ya puedes seguirme o no, a tu elección. Pero Twitter no sabrá que lees mis posts si tú no se lo dices.
Como debe ser.
PS: Documentación de Twitter sobre el particular. Para las mentes curiosas.