Las "Cuevas del Folón"

Me paso media vida sentado delante de un ordenador, pero también me gusta el campo y salir a caminar. Caminar. Caminar. Y caminar más.

Dejar el ordenador por un rato y que me diera el sol en la cara fue uno de los motivos para empezar a hacer Geocaching, en 2005. Desde entonces, esta afición me ha llevado a entornos emocionantes, me ha guiado para hacer turismo en ciudades que no conocía y, de vez en cuando, a resolver enigmas que me han ayudado a aprender algo o a saber más de historia. Me ha servido para conocer gente muy interesante y muy variada, y como estímulo para viajar. Algo que me gusta mucho pero para lo que parece que nunca tenga tiempo. Es una excusa, una coartada.

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En el momento de escribir esta entrada tengo 1167 cachés verificados. Algunos de ellos fantásticos. Pero hay cachés que no he conseguido completar (¡aún!) que han resultado especialmente satisfactorios.

En verano de 2013 Elena y yo intentamos localizar el Geocaché Waterfall. Elena es una chalada de las cuevas y a mí no me cuesta nada dejarme llevar, así que nos equipamos con linternas y ropa curtida (nota mental: ¡conseguir un casco!) y para allá que fuimos.

El caché en sí no lo encontramos, lamentablemente. Pero la experiencia fue emocionante, diferente y memorable.

Comentando el asunto con un amigo de toda la vida, y geocacher enviciado además (ALFCP), me pasó un par de enlaces interesantes:

Otra cueva diferente, descubierta hace muy poco (2007), que esperamos que inaugure geocaché pronto:

Volveremos.