El relato como creación de la realidad en Borges

Nota

Elena Marcela González Gómez es filóloga y profesora de lengua y literatura española en un instituto de Madrid.

Este texto sirvió como preparación para una charla impartida a alumnos de cuarto de filología en una universidad madrileña el 14 de marzo de 2018. La charla se grabó, pero, lamentablemente, el sonido tiene una calidad muy deficiente.

Aquí tenéis la grabación en formato Opus. Tiene una duración de una hora y cuarenta minutos.

Si tienes problemas para escuchar ese audio, puedes intentarlo con una versión de menor calidad en el vetusto y anticuado formato MP3.

Explico algunos detalles sobre el procesado de este audio en Cómo se procesó el audio de "El relato como creación de la realidad en Borges".

La filosofía en Borges

  • El Idealismo. El autor rechaza la concepción materialista de la existencia. Aunque él mismo afirma su escepticismo en materia de filosofía (dice que, con el tiempo, cualquier corriente filosófica se convierte en un mero apéndice en los libros de historia) sí podemos ver su preferencia por el idealismo frente al materialismo. Este idealismo, sin embargo, no se concreta en un método sistemático de análisis. El autor no ofrece una salida, sino múltiples interrogantes. Por ello, no va a escribir ensayos que desarrollen una postura fija, sino que nos va a plantear cómo se viviría una determinada forma de pensamiento: vivencias más que análisis. Además va a tratar ese idealismo desde distintos frentes:

    • Metafísica. Si entendemos que la metafísica es la ciencia que intenta comprender las causas del ser, los relatos de Borges son a menudo, especulaciones metafísicas. Heidegger diferencia entre la pregunta por el ser y la aprehensión del mismo. A nuestro autor les interesa sobre todo lo último y por ello sus relatos hablan de personajes que viven esa búsqueda del ser, Borges intenta explicar qué somos y por qué y para qué nacemos y no consigue darse respuesta. A menudo juega con la idea de un dios (él se define como ateo), por ejemplo en "La biblioteca de Babel", allí la Biblioteca es el universo incomprensible para el bibliotecario -metáfora del hombre-. Ocurre lo mismo en el relato de El Aleph, "La escritura del dios", en este relato un hombre consigue descifrar el lenguaje de los dioses y entender el universo, pero muere sin poder comunicar a nadie su hallazgo. Borges busca y busca explicaciones, pero nunca las encuentra. Y al final, sus relatos especulan y juegan con hipótesis sin llegar nunca a ningún lado.

    • Platonismo. El autor plantea la posibilidad de la existencia de un ideal superior a la materia que se concreta o actualiza en lo físico. Arguye en Historia de la eternidad que eso es lo que nos permite identificarnos como personas desde que tenemos conciencia de nuestro ser. Dice que sabemos quiénes somos desde que sabemos de nuestra existencia a pesar de que los átomos que conforman nuestro cuerpo van cambiando hasta ser totalmente distintos de los primeros. Entonces ¿cómo es que seguimos sintiendo que somos la misma persona? Sin ajustarse ni defender nunca directamente la doctrina platónica, vemos a menudo como esta planea sobre los relatos. ("El inmortal", por ejemplo). El autor plantea la vida como relato. En "Tlön" se habla de un sujeto único: "En los hábitos literarios también es todopoderosa la idea de un sujeto único. Es raro que los libros estén firmados. No existe el concepto de plagio: se ha establecido que todas las obras son obras de un solo autor que es intemporal y anónimo" Ficciones, "Tlön, Uqbar Orbis Tertius", pág 29. En "La Lotería en Babilonia" se dice: "Esa infinitud condice de admirable manera con los sinuosos números del Azar y con el Arquetipo Celestial de la Lotería, que adoran los plátonicos" pág 73.

    • La realidad como proyección de la mente. Si leemos "Las Ruinas Circulares", nos encontraremos con un hombre que sueña a otro hasta darle forma y que este sale de su mente y es su hijo. En "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" hay unos objetos, los hrönir (en islandés, pilas de materia que cambian por la acción externa) que aparecen en el mundo dando respuesta a los deseos de un sujeto. Más allá de lo literal de estos ejemplos, Borges especula que no hay nada que no sea proyección de otro ser superior. Es lo que hace que el creador de "Las ruinas circulares" sea también un ente de ficción, creado como él creó. O que en "Tlön" esos objetos ideales sean solo una fantasía de una especie de secta. En muchísimos relatos de Borges ("Tlön", "El jardín de los senderos que se bifurcan", "Tema del traidor y del héroe"...) se nos plantean varios planos de ficción: un plano "real" en el que hay un escrito donde aparece un segundo plano -y hasta un tercero y un cuarto- en el que se centra la historia que nos relata. Este artificio nos permite ver hasta qué punto el foco de interés es una creación del lector, de Borges, de los que nos cuentan el relato... Funes el memorioso recrea en su mente días vividos. El tiempo que necesita para recrear un día es un día. ¿En qué se diferencia la creación mental de la experiencia vivida?

    • La proyección de la mente es siempre lingüística. "En el principio es el verbo" La cita bíblica la explora Borges en numerosos relatos. En "Tlön" los creadores inventan un planeta con distintas lenguas, todas ellas con un elemento en común, el idealismo. En una de ellas no existen los sustantivos y para referirse a los objetos, se utilizan verbos. No se dice luna, sino "hacia arriba detrás duradero fluir luneció". La valoración inmediata que podemos hacer de esto es que no dan importancia a la materia sino a la acción. En otro idioma de "Tlön" el sustantivo es, en realidad, una sucesión de adjetivos. Tampoco aquí importa lo material, sino las sensaciones (aéreo claro sobre oscuro redondo) que hacen que el objeto no sea el mismo si la percepción de él cambia (aéreo claro sobre anaranjado tenue) lo que lleva a la multiplicación de los sustantivos no-existentes ya que se singulariza cada momento. La siguiente consecuencia es la falta de la relación causa efecto (unas monedas perdidas un día en el desierto no tienen por qué ser las mismas que las encontradas a los dos días en el mismo sitio).

      En "La biblioteca de Babel" empezamos leyendo "El Universo, que otros llaman la Biblioteca", es decir, el mundo es una sucesión de símbolos, las letras. Entender la organización de esas letras es el sueño del hombre, el bibliotecario, que compara a quien haya leído el libro que contenga dicha organización con un dios.

      "El jardín de los senderos que se bifurcan" nos habla de una novela total en la que no existen las opciones. El tiempo no es lineal, sino que se divide y subdivide en millones de posibilidades que se realizan en momentos idénticos. Las posibilidades infinitas nos recuerdan a los infinitos mundos composibles de Leibniz.

      En "La lotería de Babilonia" es el destino el que es un mero juego determinado por unos símbolos.

      A Borges le gustaba la cábala. Encontrar el nombre de Dios es aprehenderlo. Así lo veremos en el relato "La muerte y la brújula". En el poema "El Golem" trata este mismo tema. Los ejemplos de estos relatos (y de muchos más), más allá de la especulación y del juego, nos muestran hasta qué punto el lenguaje que utilizamos condiciona nuestra forma de pensar y de ver el mundo, y que este es, en realidad, una ficción creada con palabras. Podemos hablar de una identificación entre vida y relato, entre lenguaje y mundo.

    • Las consecuencias del acto de habla sobre la realidad. En este sentido es un antecesor de la pragmática al tratar sobre el acto perlocutivo. Lo podemos ver en "Tlön" cuando en el nivel de la realidad de Borges y Bioy Casares aparecen ciertos objetos de un peso desmedido, productos de la creación lingïística del planeta Tlön. También está presente en "El jardín de los senderos"... donde los periódicos reflejan la noticia del asesinato de un tal Stephen Albert, dato que interpretan los alemanes como un intento de comunicación- realizado por el asesino y también espía- como la forma de decirles que la ciudad que deben atacar es la ciudad de Albert.

      Pero es esencialmente en el relato de "La lotería" donde este tema cobra una mayor relevancia. Los habitantes de Babilonia permiten que su destino esté en manos de un azar marcado por unos símbolos. Estos símbolos determinan si vivirán o no, si satisfarán sus deseos... Se podría argumentar que, en principio, estos símbolos no tienen por qué ser lingüísticos, y es cierto que en un principio no hay razones que justifiquen que sea así, sin embargo la complejidad creciente de la lotería exige que los símbolos informen en qué consiste el premio o la desgracia que ha tocado al jugador, se hace necesario un lenguaje que decida sobre los aspectos de la vida de este.

    • El mundo como reflejo. Puesto que ya hemos visto que no existe una realidad más allá de lo que creamos con nuestra mente y nuestras palabras, Borges utilizará siempre símbolos que hagan alusión a que la realidad no es más que una ficción nuestra, por ellos nos hablará de los espejos como vemos en el cuento de "Tlön", que surge a partir de una frase adjudicada a Bioy Casares "Debo a la conjunción de un espejo y una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar"; también en la Biblioteca se nos habla de ellos, dice que hay uno en cada zaguán ("los hombres suelen inferir de este espejo que la Biblioteca no es infinita (...) yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito"). El espejo, el sueño que proyecta otra realidad ("Las ruinas circulares") nos hablan de realidades figuradas, metáforas de esta.

    • Alusiones a otros filósofos. En las obras borgesianas encontramos continuas referencias a distintos filósofos de todas las épocas. Borges mezcla distintas tendencias sin decantarse por ninguna. La enumeración de autores, la mezcla de ideas hace difícil la lectura de sus obras, plagadas de referencias. Hume, Leibniz y sus mónadas -otra de las teorías idealistas de las que se apropia para justificar el relato de Pierre Menard-, Aristóteles y un largo etcétera aparecen a veces con la misión de confundir al lector. Borges nombra autores de la antigüedad clásica (Heráclides Pontico, discípulo de Aristóteles, por ejemplo), del mundo judío (Jakob Boheme) o de cualquier otro ámbito. Su cultura es tan extensa y sus referencias metaliterarias tan abundantes que sus libros se convierten en laberintos cuyas interpretaciones dependen de cada uno y de sus conocimientos, de tal modo que tal vez solo Borges sea capaz de interpretar "correctamente" los escritos de Borges.

La ficción borgesiana

Ya hemos indicado que para Borges no hay realidad, solo proyección literaria. Pero, ¿qué métodos utiliza para tratar el tema?

  • Lo primero que nos llama la atención es el título de sus dos obras más emblemáticas: Ficciones, El Aleph. En la primera el título ya lo deja claro, todo es producto de su invención. La segunda obra nos remite a la primera letra del alfabeto hebreo, es decir, nos está indicando que nos vamos a encontrar un texto literario (en su sentido etimológico) o que trata sobre las letras o ambos. En cualquier caso, un relato simbólico y sobre el símbolo. Curiosamente dentro del relato "El Aleph", este no es ni más ni menos que toda la eternidad concebida como la percepción simultánea de presente, pasado y futuro y de todos los presentes que se estén dando, así que el símbolo remite absolutamente a todo.

  • En segundo lugar nos llama la atención los diversos niveles de narración. Puesto que podemos componer infinitos mundos (recordemos a Leibniz) la noción de verdad se diluye. Muchos relatos comienzan con un narrador que nos cuenta que ha encontrado unos papeles, o que le han contado un historia a él. Así lo vemos en "Tlön", en "El jardín de los senderos", en "El inmortal", en el "Tema del traidor y del héroe"... Además esta historia nunca es fiable del todo. En "El jardín de los senderos" el texto que encuentran para explicar el porqué del bombardeo en una ciudad está incompleto, en "Tlön" la versión de la "Anglo-American Cyclopedia" donde encuentran la referencia que buscan es una versión que tiene un capítulo no incluido en el índice y que no aparece en otras versiones; en "Los dos reyes y los dos laberintos" dice textualmente: "Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más)" es decir, por muy dignos de fe que sean, pueden equivocarse. El listado es infinito. Borges o nos hace desconfiar de sus narradores o de las fuentes de estos o el carácter de la narración es tan fantástico y metafórico que no hace falta ("La biblioteca") o bien es de carácter mítico o con referencias al mito en su título ("La lotería", "La biblioteca").

  • Es muy frecuente en Borges que la trama consista en una metaficción ya que trata del análisis de una obra inexistente. Así lo podemos ver en "Tlön", donde Borges y Bioy analizan la información sobre un artículo apócrifo de una enciclopedia, en el "Examen de las obras de Herbert Quain", en "el Quijote" escrito por Pierre Menard, que difiere del de Cervantes en algunos capítulos, en "El jardín de lo senderos que se bifurcan", donde el sinólogo Stephen Albert y Yu Tsun (el principal narrador) comentan la obra de Tsúi Pên.

  • Otra técnica habitual en nuestro autor es inventar citas o autores falsos (el ejemplo más obvio es Pierre Menard). Es posible que la obra exista y no ocurra lo mismo con su autor, que exista el autor pero no haya constancia de que ha dicho esa cita o bien que los dos sean falsos. Esto nos hace entrar en un juego donde ya no es importante si existe o no ese dato del que nos hablan, nos hace dudar de la relevancia de los que sí existen (puestos al mismo nivel que los impostores) y nos insinúa que lo realmente importante es el juego de espejos en sí, que el relato es lo valioso. Esto da un carácter estético a la literatura borgesiana ya que al final, es lo único que queda.

  • A Borges le gusta la confusión. Un método para lograrla es el uso de oraciones de doble negación para relatar sus tesis. ("Néstor Ibarra en un artículo [...] ha negado esos aláteres, Ezaquiel Martínez Estrada y Drieu Le Rochelle han refutado esa duda", "Tlön") ("Soy un hombre cobarde. Ahora lo digo, ahora que he llevado a cabo un plan que nadie no calificará de arriesgado" Ficciones, "El Jardín", pág 106).

    La paradoja es otro de los mecanismos que encontramos en nuestro autor: recordemos el relato breve "El adivino": "En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado... FIN" Si el brujo lo quiere suspender, el examinado habrá adivinado la nota, lo cual demuestra su valía. Si el examinador quiere aprobarlo, no podrá porque el otro ha dicho que va a suspender. No hay solución a esta situación.

  • El uso de símbolos que sugieren o crean la confusión es uno de los efectos más vistosos de la literatura de Borges: el espejo que duplica la realidad (recordemos la cita de "Tlön": "Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres" Ficciones, pág 15), o que sugiere lo finito -o lo infinito (La Biblioteca), el laberinto donde perderse- las alusiones al laberinto son muchísimas en la obra de Borges, destacaremos "El jardín de los senderos que se bifurcan" donde primero unos niños dan instrucciones al narrador para llegar a la casa de Stephen Albert -girar a la izquierda en cada bifurcación- lo que recuerda al narrador la idea de un laberinto, después hablan de la obra de su antepasado Tsúi Pên quien se propuso escribir un libro/construir un laberinto. Hay una discusión sobre el tipo de laberinto construido: "¡Un laberinto de marfil! -exclamé- Un laberinto mínimo./ -Un laberinto de símbolos -corrigió-. Un invisible laberinto de tiempo." Ficciones pág 111.

    Borges escribe un cuento en El Aleph titulado "La casa de Asterión" dedicado al Minotauro y a su hogar, el laberinto de Creta.

    La Biblioteca es símbolo del caos o de un orden divino inescrutable para el hombre, así ocurre también con la piel del jaguar.

    El sueño significa una "realidad" mental creada por el ser humano. Es también símbolo de que nosotros podemos ser el sueño de otro y que todo es falso ("Las ruinas circulares"). La lotería simboliza un destino absurdo que da pie a "lo que los griegos ignoran: la incertidumbre" Ficciones, pág 67.

  • Otro aspecto más que habla de la irrealidad es el tema de la traición. Cualquier traición implica una duda sobre la cultura imperante. Borges nos hace dudar de las interpretaciones de un hecho y para ello propone otras.

    "Tres versiones de Judas" propone otras formas de valorar la acción del traidor más famoso de la historia: primero sugiere que tal vez Judas premeditó la traición para hacer evidente a Cristo, fue un requerimiento del propio Jesucristo, que lo necesitaba para cumplir con su destino. Después nos plantea la posibilidad de que lo traicionó por humildad, porque los hombres no deben aspirar a ser como Dios. Por último llega a apostar porque el verdadero hijo de Dios sea Judas y no Jesús, ya que por humildad es el que pasa más desapercibido.

    En el "Tema de la traición y del héroe" Borges nos plantea la imposibilidad de hacer un juicio moral concluyente sobre un personaje que es a la vez traidor a su causa y mártir por la misma.

    En "Historia de guerrero y la cautiva" (El Aleph, Alianza Editorial, Madrid 1989, pág 49) nos habla de dos personajes que cambiaron de bando -y de paradigma vital- por sentirse fascinados por el bando contrario. Este relato nos plantea hasta qué punto son solo una falacia del momento nuestros valores y nuestra concepción del mundo.

  • Un aspecto más es la presencia del campo semántico de la irrealidad. Es uno de los más abundantes de las obras de Borges. Miremos el número de términos que aparecen en "Tlön", pág 15: espejo, falazmente, polémica, desfigurara los hechos, contradicciones, adivinación, heresiarcas... Uqbar significa en islandés "que se desvía del camino", Tlön son mapas, Orbis Tertius significa en latín mundo tercero, que puede remitir al tercer nivel de narración.

    En "La lotería" leemos los términos: dato erróneo, he falseado, inventado, engaño, ficción, divergencia, omitir, interpolar, variar y mentira en un solo párrafo (pág 74).

  • El gusto por el mito como metáfora lo vemos en la elección del lugar que sirve para dar título a dos de sus relatos: Babilonia (o Babel), el lugar donde Dios confundió a los hombres dotándolos de diferentes lenguas.

  • Por último debemos señalar que a Borges le gustan las dualidades. Unir en el mismo plano dos ideas opuestas como si fuera una sucesión es un rasgo común de los textos borgesianos: "Los dos reyes y los dos laberintos", por ejemplo. En "Tlön" se afirma: "Las cosas se duplican en Tlön; propenden asimismo a borrarse y a perder los detalles cuando los olvida la gente". En "La lotería" empieza diciendo: "Como todos los hombres de Babilonia he sido procónsul, como todos, esclavo." La Biblioteca: "Nadie puede articular una sílaba que no esté llena de ternuras y de temores". Está unión de términos opuestos sirve también para intentar abarcar la totalidad.

La presencia de dios en la obra de Borges

  • Borges a menudo plantea la labor del escritor como un dios creador de mundos y esto lo lleva a plantearse, como Calderón, si no somos entes de ficción creados por un ser que tiene sus propias reglas.

    En "Las ruinas circulares" el soñador que crea un hombre descubre asimismo que también él es una ficción, un sueño de otro soñador. Ha sido un creador, pero también es un ser creado. Esto se puede llevar hasta el infinito, no hay un creador inicial.

  • Los personajes-dioses, es decir, creadores, los encontramos en "Tlön", en "El jardín de los senderos que sen bifurcan"... En el primer relato hay un grupo de personas que están ideando un mundo alternativo, intentan darle sus normas, sus lenguajes, sus costumbres... Al final del relato, el narrador Borges nos cuenta que espera que se imponga este universo al que él percibe como realidad, ya que es creado por los hombres y no por un ser superior, y por lo tanto sometido a unas leyes que se pueden descifrar. El autor del relato, que aspira a ser como dios, sabe en realidad dónde está.

  • Los creadores intentan forzar un mundo ajeno a las leyes de nuestra experiencia. En "El jardín de los senderos" Tsui Pên intenta escribir un libro que no está limitado por la linealidad del tiempo. Los personajes de su libro tienen la capacidad de cumplir con todas las elecciones que se les plantean en cada ocasión. Quiere romper los límites impuestos en nuestra vida.

    En "El Aleph" Borges narrador nos habla de un punto donde se puede percibir a la vez el presente, pasado y futuro y todas las simultaneidades. Otra vez quiere crear un mundo con unas reglas distintas de las ya conocidas...

  • Puesto que Borges es consciente de que no puede ser un dios, busca, al menos, encontrar las leyes divinas que le permitan entender el universo. Sus personajes dedican su vida a un juego vacuo; nunca van a entender por qué y para qué buscan, pero su vida siempre será búsqueda, así lo vemos en el deseo de encontrar el catálogo de "La biblioteca de Babel", en el intento de crear un orden dentro de la biblioteca o en el intento de descifrar la escritura del dios en la piel del jaguar.

  • Borges no consigue encontrar una razón de ser en el mundo y por ello el azar, el misterio y la incertidumbre estarán presentes de distintas formas en su obra. La ausencia de un destino -o lo que es lo mismo, la imposibilidad de descubrirlo- lo llevan al final a jugar: se inventa laberintos y se pierde en ellos o suplanta al destino convirtiéndolo en una lotería.

El tratamiento del tiempo

Un tema presente en Borges y relacionado con los anteriores es el tema del tiempo.

  • Intento de entender el infinito. Al igual que en el caso de la ficción, la presencia del campo semántico de lo infinito es inmensa. La idea de lo infinito está presente como motivo de asombro en "La biblioteca de Babel". Allí se plantea la posibilidad de la finitud de la Biblioteca (puesto que el número de posibilidades combinatorias de las letras es inmenso, pero no infinito) y el narrador prefiere la posibilidad de la repetición cíclica, es decir, el eterno retorno, antes que la finitud.

  • Otra percepción de lo infinito nos llega en "El jardín de los senderos que se bifurcan". En este relato lo infinito son las posibilidades que se van abriendo a los personajes y que nunca implican una renuncia. Así, el tiempo no se percibe como lineal, sino como un fractal que va abriendo millones de ramificaciones, que a su vez se desdoblan en otras y así sucesivamente. Esta proyección hacia infinitos futuros ha sido vista por algunos como una intuición de los universos paralelos.

  • El símbolo Álef, en el ámbito matemático, se utiliza para referirse a las distintas categorías del infinito. En el relato "El Aleph" lo infinito es percibido en un punto mágico que el Borges narrador encuentra en un sótano. Allí hay una esfera donde se puede ver a la vez el pasado, el futuro y los simultáneos presentes, es decir, lo infinito afecta a la vez al espacio y al tiempo.

  • En "La lotería" se nos habla de que un momento se puede dividir hasta el infinito: "Ninguna decisión es final, todas se ramifican en otras. Los ignorantes suponen que infinitos sorteos requieren un tiempo infinito; en realidad basta que el tiempo sea infinitamente subdivisible como enseña la famosa parábola del Certamen de la Tortuga".

  • "Examen de la obra de Herbert Quain" nos plantea una situación análoga al jardín, pero en sentido contrario, es decir, si en "El jardín" el presente se multiplicaba en infinitos futuros, en "Examen" este presente se multiplica hacia el pasado. Las posibilidades que han conducido al presente actual son también infinitas y se desdoblan y multiplican como los fractales. Se ha relacionado a menudo este hecho con las matemáticas, pero Borges no era matemático y no conocía -o no tenemos datos de que conociera- ese mundo.

  • El relato "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" aborda el tema desde distintas perspectivas. Por un lado, los creadores del planeta Tlön se inventan su historia, lo que sugiere la linealidad infinita hacia el futuro, pero también el hecho de que sean muchos los creadores nos abre un infinito de posibilidades tanto en las historias contadas de cada país (es decir, se inventan tantos pasados como quieran), como en los lugares que quieran reflejar (o sea, otra vez espacios no limitados). Por otro lado, la enciclopedia que recoge todo el saber del planeta Tlön, Orbis Tertius, -se ha comparado con la Wikipedia- una enciclopedia infinitamente creciente y que tiene una intención de totalidad, de incluir absolutamente todo el conocimiento de ese mundo.

  • Por último citemos el relato de "La lotería en Babilonia". Si el azar de cada vida es siempre inaprensible por las múltiples posibilidades que se ofrecen, en este relato dicho azar está enfatizado por ser una creación humana, pero no por ello está más limitado. Borges subraya las dificultades de concreción para cada posibilidad: un segundo sorteo puede anular o confirmar el primero, un tercero cuestiona al segundo. De este modo al final las concreciones, que en un primer momento se actualizaban sin más, se convierten en una incertidumbre que solo tal vez se realice.

  • La simultaneidad en el tiempo. Este tema, que se trata ya en "El Aleph", como ya hemos visto, es el tema central de "El milagro secreto", relato en el que un condenado a muerte, obsesionado con la obra que está escribiendo, la noche antes de su ejecución pide a su dios que le conceda un tiempo para poder acabar su libro. El tiempo le es concedido y él pasa días y noches completando su obra. Finalmente la acaba y al día siguiente es ejecutado. Tras su ejecución se queman los escritos del autor. Para el resto de la humanidad solo ha pasado una noche.

    En el relato se percibe el tiempo como algo subjetivo que se desdobla para cada individuo. Es, otra vez, una percepción mental.

Influencias de Borges en otros autores

Borges es uno de los autores más reconocidos en la actualidad. Pere Gimferrer afirma que el mayor valor que se le reconocerá en el futuro es haber sido coetáneo de Borges. Muchísimos autores reconocen su valor y su magisterio. De ellos voy a destacar solo tres, no los más reconocidos.

  • Michael Ende es autor de novelas fantásticas como Momo, La historia interminable; libros de relatos fantásticos como La prisión de la libertad. Borges afirma que la única literatura valiosa es la fantástica. Efectivamente fantasía y ficción son sinónimos. Michael Ende, lector entusiasta de Borges, sitúa su novela en un planeta ficticio (como Tlön) llamado Fantasía. Además es un planeta creado con las letras del alfabeto, como nos indica el hecho de que cada capítulo empiece por la letra del alfabeto que corresponda, capítulo a, b ,c, d... Hay varios planos de narración y el lector de La historia interminable da vida a su libro y se introduce en el plano de la ficción, que a su vez conseguirá influir en "el plano real". El símbolo de Fantasía es el Uroboros, la serpiente que se muerde la cola, símbolo del infinito y del eterno retorno. También aparecen laberintos, espejos, el círculo... Las referencias son tantas que La historia interminable no solo no es un libro infantil, es un homenaje al autor de Ficciones. Michael Ende escribirá otro homenaje, esta vez centrándose en el relato borgesiano "La casa de Asterión". Su obra se titulará El espejo en el espejo.

  • Ted Chiang es autor de un libro de relatos titulado La historia de tu vida. Entre sus relatos el primero, dedicado a la torre de Babel, acaba creando un círculo: tras mucho subir y subir se llega al punto del que se parte. La elección de este mito, la presencia del eterno retorno y del círculo son elementos presentes en la obra de Borges. El relato titulado "La historia de tu vida" [1] trata el tema de cómo el lenguaje modifica nuestra percepción de la realidad, el tema favorito de nuestro autor. Hay otro relato dedicado al golem y al poder de las palabras en la creación de seres. El libro en su conjunto es un homenaje más a Jorge Luis Borges.

    [1]

    La película La llegada (2016) es una adaptación al cine de este relato.

  • Terry Pratchett es un autor de narrativa fantástica que ubica sus historias en un planeta imaginario, un mundo plano parodia del mundo real.

    Sin poder establecer un vínculo claro entre Borges y Terry Pratchett, es evidente la influencia del primero en el último: a nivel temático destaca el valor del lenguaje para modificar el mundo, así lo vemos en su novela Brujerías, donde un bufón sugiere modificar los libros de historia, que al fin y al cabo, no es la sucesión de hechos que han ocurrido, sino lo que la gente lee que ha ocurrido. En Pies de Barro aparece uno de los motivos favoritos de Borges: el golem, el ser que cobra vida gracias a la palabra. En La verdad Pratchett trata sobre cómo cambia la percerpción de la gente debido a la sugestión de la palabra. La Biblioteca es un lugar mágico con poderes extraordinarios y que tiene acceso a otras dimensiones...

    La superposición de planos también está presente en Pratchett. Así lo vemos en Lores y damas o en Rechicero.

    El juego de guiños literarios, si no tan grande como en Borges, sí es una constante en Pratchett (Brujerías es un homenaje a Shakespeare, Dioses menores señala a muchos autores griegos, toda la colección es una sátira de Tolkien...)

    Lo infinito se sugiere en La Biblioteca (posiblemente el lugar más importante del Mundodisco), las bifurcaciones infinitas de infinitas posibilidades aparecen en Brujerías. Se pueden encontrar muchos elementos más. La presencia de Borges está ahí.

    Para Borges solo hay una literatura, la fantástica. Toda la filosofía, todos los relatos son solo ramas de esta.