Aunque me gusta la música, suelo oír poca: soy muy sensible a la
música que no me gusta y me paso el día escuchando podcasts.
Además, incluso la música que me gusta me aburre rápido y necesito
darle un descanso.
Tengo la costumbre, no obstante, de experimentar con música nueva
durante el verano. Es el momento en el que escucho música durante
horas sin interrupción y es el momento, también, en que pido
recomendaciones a todo el mundo sobre música nueva para probar. Mi
lista de reproducción durante esas semanas es caótica y muy
experimental. Hay que escuchar cada canción al menos tres veces
para pillarle el gusto o no. De ahí hago una criba increíble y,
con suerte, saco un par de intérpretes o un puñado de temas para
añadir a mi colección permanente.
Aquí escucho casi de todo: música tradicional finlandesa, música
polaca, tambores Taiko japoneses, black metal, bandas sonoras de
películas, ópera... Si me coges el teléfono en verano y revisas la
lista de reproducción, lo flipas. No todo lo que hay ahí es
representativo de mi gusto musical. De hecho borraré la mayoría de
los temas tras las tres reproducciones obligatorias (confieso que
algunas cosas no llegan a sobrevivir tanto, pero lo intento) y
gran parte del resto acabará en mi fondo de armario musical (cosas
que te guardas, pero que casi nunca vuelves a escuchar). Esta
inversión de tiempo auditivo tiene sus recompensas; casi todos
los años acabo descubriendo alguna cosilla nueva (para mí) que me
gusta.
El verano de 2015 ha sido raro. Mis amistades no han sido capaces
de sugerirme nada que no conociese ya (la cristalización de gustos
con la edad y la falta de tiempo que supone sentar la cabeza, ya
sabes :-)) y el tiento que le he dado a aplicaciones de
descubrimiento musical como Discovr Music ha sido
interesante, pero infructuoso. Band of the Day
ha dejado de funcionar el 31 de julio de 2015. Hasta he
experimentado un poco con echonest
y su API. No me ha ayudado a descubrir música nueva, pero me ha
dado un par de ideas que espero poder desarrollar en el futuro.
Así que sí, el verano de 2015 ha sido extraño desde el punto de
vista musical. Por primera vez en años me he encontrado sin
novedades que echarme a la boca. He tirado de cosas antiguas y he
hecho selección para que me entrase en los 500MB de espacio que
puedo dedicar a música, ya durante el verano la prioridad son las
fotos de viajes y de puestas de sol en la playa de Samil.
Cada canción en la lista tiene un motivo concreto para estar ahí.
No están todas las que son, pero son todas las que están:
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